Para hallar el origen de la caipirinha nos tenemos que remontar al siglo XIX. En el Brasil de la época había esclavos y a estos les gustaba beber “garapa”, un jugo de caña de azúcar que obtenían prensando las cañas con un sistema de rueda, luego lo hervían para eliminar las bacterias y lo consumían sin fermentar
El caso es que durante las fiestas y rituales mezclaban su garapa con aguardiente local a base de azúcar de caña (la cachaça!). También mezclaban los zumos de frutas o de especias de los cuales posteriormente nacieron la Batidas, en su momento la más famosa era la “batida de limao”, que se preparaba con zumo de lima y oficialmente la predecesora de la caipirinha.
Con el tiempo, la batida de limao evolucionó pasando a llevar trozos de lima, dándole la cáscara un sabor particular. El milagro se terminó de obrar cuando la tecnología permitió la fabricación de hielo, convirtiéndola a partir de entonces en una bebida más refrescante, lo que la hizo aún más rica y popular.